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Soronguito en manos de un ebrio. Pudo al fin escapar gracias al salvataje de otro ebrio equivalente.
The Toxicat saliendo de abajo de un coso que no sé lo que es. Indiferente, no dió declaraciones.
Soronguito descansando cómodamente en mi pie. Nótese como hace juego la mugre del pantalón con la que quedó en el piso.
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Servida, doña Baterflai.
Atte;
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3 comentarios:
Genial la segunda foto!
No se entiende si es un mitón, una pelusa gigante o un gato.
Aguante la mimesis sorongueril!!
Gracias por las fotos.
Un verdadero Cat-meleon. De nada, lamento que no haya mas.
Digno de la pandilla de Don Gato...
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