jueves, 5 de junio de 2008

Tarde de miércoles

Miércoles, fresquete pero no tanto.

Quien escribe sale 18:·30hs de la Maison LeGorde, con rumbos lanusinos: hay reunión muchacheril. El menú: guisardo de lentejas.

El tipo conoce quien y donde venden la posta. Por eso, no se resigna a comprar cerca del punto de reunión, sino que recurre a las proveedurías amigas habituales.

Armado ya con dos chorizos colorados de elite, unos 300 gramos de panceta deluxe y otros ingredientes varios, se dirige al encuentro de las lentejas, que esperan en su baño de agua sobre una mesada hace ya 24 horas.



Para ello, no tiene mejor idea que subirse al tren. A las 19:02, el mentado gusano mecánico, hermano mayor del gusano loco de Italpark, y ve cerrarse la puerta.

El tren no venía hace bastante rato, por lo que estaba lleno de gente. La frase "hasta las pelotas" podía aplicarse tanto al tren en virtud de su llenez, como a la gente en virtud de su cansancio y enojo. Ambas características iban en aumento.
Aparentemente en gran gusano andaba maltrecho, por lo que se entregó a un insólito juego: caminaba 200 metros, paraba 15 minutos, otros 200, otros 15.

Ya a las 19:45, el tipo se imaginaba gritar a la panceta un sonoro "liberen a willy que los chorizos me quieren empomar", cuando dos muchachos de una granja de burzaco decidieron trasladarse de la punta de un vagón y hacerse un lugarcito a la derecha del paseador de ingredientes; un lugarcito de aproximadamente 4 metros cuadrados, dado que las canastas con el pan y las galletitas que vendían requerían tal espacio.

La media hora siguiente transcurrió entre el análisis sintáctico y semántico de las frases dichas por los granjeros (particularmente difícil de analizar fue "Fijate, vó, cuanto hicistes, vó; ahhh, re piola la bety, l'otro día, eh, recatate, wé, hice 80 peso, alta bendición, hermano") y las oleadas cada vez más frecuentes y sonoras de vítores y loores a un señor héroe desconocido que desde la punta del vagón planteaba la destrucción de todo ícono material ferroviario y su purificación mediante el fuego, para permitir el renacimiento del tren argentino como un ente superior.

Luego de incontables mensajes de texto que inquirían al protochef sobre su paradero y la razón de su tardanza, mas o menos a 100 metros de llegar a los andenes de la estación de Temperley, las puertas se abrieron: era el gusano que nos solicitaba salir ordenadamente de sus entrañas porque había palmado.

Así, después de un salto que casi le rompe las zapatillas contra las piedras de entre los durmientes, el tipo se encamina hacia la estación, junto con los cientos de personas con los huevos terriblemente rotos que compartían procesión.



Trepa al andén, se abre paso entre la gente que en el andén era legión, y estaba igual de apretada que adentro del tren. Pensó aproximadamente media milésima de segundo antes de renunciar a su viaje ferroviario y optar por la alternativa automotor. Subió la escalera, salió de la estación Temperley y se subió al 165, colectivo verde y salvador, que lo llevaría finalmente a su destino.

Al sacar boleto, el colectivero le dijo "andan como el culo, no?", y el tipo respondió con una mirada.

Mientras el 165 arrancaba, llegaba a la estación una autobomba cuyo nombre era "por las dudas". Por un breve instante, al ver el camión bomberil, el protochef pensó que hubiera sido lindo quedarse un rato y, quizás, ver de cerca la antorcha. "Pero las lentejas tienen prioridad", pensó, y volvió su cabeza. Llegó a destino a las 21:30 hs.

Horas después, vuelto a su casa, se enteró de que no hubo fuego sino sólamente golpes, así que no se perdió de nada.

Se dice que en este país no hay respeto, pero la verdad es que al General Roca se le respeta tanto que le rinden honores siguiendo su legado: uno de los tipos mas hijos de puta de la historia hoy adorna con su nombre una línea ferroviaria también, muy hija de remil recontra putas y la puta madre que lo remil parió, forros de mierda. Seguro que con el bala no pasa, eh!

He dicho.

6 comentarios:

LORD MARIANVS dijo...

Compañero.. Yo creí que sabía de los poderes afrodisíacos del chorizo colorado. Una vez compré guiso de lentejas en el lugar donde trabajo, y al volverme con el tupper en el colectivo hubo tres violaciones, un principio de incendio y se voló el techo. Me lo tuve que comer en el momento para que no pasen mas cosas. Y, por suerte, llegamos todos a Rosario. Todo culpa del chorizo.
UAP compa...

Paula dijo...

Nos juntamos el sábado por estos pagos también a degustar lentejación. Volví a casa con la vianda sobrante, y al día siguiente se le tapó un caño a una vecina.

Lo loco es que fue a una vecina del 4º piso, no a la de al lado.

Qué casos y cosas tienen las lentejas, samigos.

Amperio dijo...

Es cierto. Estudios bíblicos serios han demostrado que Eva tentó a Adán no con la manzana sino con un plato de guiso de lentejas. La verdadera historia ha sido tergiversada...

UAP, socio, mañana visito su negocio.

PS: Si va a venir organizo un maniseo, sino no...

Uno de los ocho dijo...

Marianitus: Yo estaba convencido que era la panceta, vea, mire. Ahora resulta que era el chorizo colorado. Y eso que el Corán dice que el chorizo que viene de a par agrada a Alá Mátic.

Baterflina: Ya escribía Ibrahim Leh Gumbreh, en su célebre trabajo "Las lentejas y su relación con la ley de Gay-Loussac": el taponeamiento cañal es directamente proporcional a la cantidad ingerida, e inversamente proporcional al vino que las baja.

Ampere: Es como el baile coordinado de esaú y jacob.
Pase mañana que será atendido como merece, o en su defecto, bien. Y en cuanto a la maniseada, no le prometo nada; pero organice si quiere.


UAP

Silvana dijo...

Qué rico! No hay derecho a poner esa foto! Me antojé de guiso de lentejas y las "acideces" propias de mi grueso estado me lo prohiben!!!
No hay derecho!!!

Uno de los ocho dijo...

Menduca, clavesé un guisardo lentejal que le tiene que salir sano, fete y peronista.