martes, 17 de junio de 2008

Un cacho de cultura - Albert Camus

Albert Camus (Burzaco, 7 de Feb. de 1913 - Sucre, 4 de Ene. de 1960), fué un filósofo, escritor, almacenero, albañil y relator argentino de fútbol.

Desarrolló en su muy diversa obra una línea de pensamiento cuyas implicaciones le valieron el Premio Nóbel en 1957.

Biografía

Albert Camus era hijo de Franceses, su padre Jean Pierre Noher llegó a Burzaco en barco, en el mismo que Catalina Dluguienne, con quien formaría familia y tendrían a Albert.

Criado a la usanza francesa, Albert ("beto" como lo conocían en el barrio), se bañaba una vez por mes. A los 15 añitos, en plena adolescencia, se rebeló contra esta costumbre y se empezó a bañar todos los días, por lo que su padre lo desheredó y le retiró el apellido Noher. Esto hizo que Albert tomara el apellido Camus, en honor al perro de indiana jones.

El distanciamiento con su familia duraría hasta 1933, cuando Jean Pierre Noher recibe la descarga de un rayo misterioso que hará nido en tu pelo, una noche que salió a cazar cachirlas en los campos de Burzaco. En su lecho de muerte en el hospital de Saint Exupery, recibe la inesperada visita de Albert, quien viene dispuesto a hacer las pases. Inesperadamente, Jean Pierre recibe el pase y lo devuelve, haciendo una pared, que sería la última de ambos en conjunto. Esto marcaría a fuego a Albert, y lo interesaría en la albañilería.

Compungido, Camus decide mudarse a Aberdeen y esto mismo le dice a su madre. Por desgracia, Catalina era sorda y Albert terminó mudándose solo.

Sin mucho que hacer en su nueva residencia, conoce a Angus Young, quien lo introduce al estudio de Nietzche, de Schopenahuer, de Piero, de Gieco, de Voltaire y de Carpentier. Este período (1933-1954) es el de mayor producción literaria de Camus: escribió dos libros. El primero pasó casi desapercibido, pero el segundo, agarrate. También en este período se hace afiliado al partido Peronista de Aberdeen.

Gracias al reconocimiento obtenido por su segundo libro, le ofrecen trabajo en el diario Diario del Frente Ladrillo a la vista, crado por Paula Pía; su investigación Mierda te van a traer los reyes tiene un impacto muy fete. Esto genera asperezas, y al final se termina peleando con muchos, más notablemente, con su sastre.

El 1955, el gobierno de Aberdeen es tomado por los gorilas y Albert Camus se ve proscripto, rajando hacia el exilio en Bolivia. Es en 1956 cuando, decidido a hacer con su vida, inventa la técnica del remojado de ladrillo, lo que refuerza las uniones y permite construcciones más robustas. Para demostrar precisamente esta robustez, construye él mismo y sin ayuda toda una ciudad, y le quedó tan bonita que fué declarada Capital de Bolivia. Por este trabajo, recibiría en 1957 el Premio Nobel de La Paz.

La Ciudad quedó tan linda que se enllenó de gente, cosa que Camus detestaba, y por eso se mudó a otra ciudad, Sucre.

En la navidad de 1959, Camus levantó su copa y brindó "Por los boludos que se mueren de tuberculosis". Una semana mas tarde, muentras estaba comiendo una ensalada rusa (fiel a sus ideales marxistas), se agachó para relojear el culo de la anfitriona, doña Lola de Miranda, una acaudalada dama de la realeza. Entonces, Albert Camus se atragantó, empezó a toser, cayó en coma y murió unos días mas tardes, el 4 de enero.

El esposo de Doña Lola mencionó a su mujer lo irónico de la muerte de Camus: "Al final, se reía de los boludos que morían de tuberculosis, y se murió por ver tu culo". Muchas fuentes, sin embargo, consideran que no es lo mismo un "tubérculo" que "ver tu culo", y ven la verdadera ironía en que se atragantó con una papa, que sí es un tubérculo, no como otros que no quiero decir quienes son pero que los estoy mirando.

En su funeral, sus amigos más íntimos leyeron fragmentos de sus obras. Dicen algunos que lloraron al leer su investigación "Mierda te van a traer los reyes", quizás porque el entierro fue el 5 de enero.

Principales Obras

  • La del mono (Literatura, 1938)
  • Los azulejos de Doña Inés (Albañilería, 1939)
  • Los pisos de Doña Inés (Albañilería, 1939)
  • El cielorraso de Doña Inés (Albañilería, 1940)
  • Las cañerías de Doña Inés (Bomba, 1940-1941)
  • Boca- Banfield (Relatorismo, 1943)
  • Cien de aceitunas (Almacenerismo, 1943-1944)
  • La albañilería: el secreto arte de chiflarle a las minas que pasan (Literatura, 1949)
  • Los dentistas son todos putos, Cabeza de Poronga, y Mierda te van a traer los reyes (Literatura, 1953-1954)
  • Picado Fino (Almacenerismo, 1955)
  • Olimpo-Godoy Cruz (Relatorismo, 1955)
  • Ciudad de la Paz (Albañilería, 1956)
  • Aberturas (Albañilería, 1958)


Vaya pues, este homenaje al genial Albert Camus, en este día tan especial.

martes, 10 de junio de 2008

In me-moríam

Farewell, Steven!




(Lo cafetearon, pero con café fashion)


jueves, 5 de junio de 2008

Tarde de miércoles

Miércoles, fresquete pero no tanto.

Quien escribe sale 18:·30hs de la Maison LeGorde, con rumbos lanusinos: hay reunión muchacheril. El menú: guisardo de lentejas.

El tipo conoce quien y donde venden la posta. Por eso, no se resigna a comprar cerca del punto de reunión, sino que recurre a las proveedurías amigas habituales.

Armado ya con dos chorizos colorados de elite, unos 300 gramos de panceta deluxe y otros ingredientes varios, se dirige al encuentro de las lentejas, que esperan en su baño de agua sobre una mesada hace ya 24 horas.



Para ello, no tiene mejor idea que subirse al tren. A las 19:02, el mentado gusano mecánico, hermano mayor del gusano loco de Italpark, y ve cerrarse la puerta.

El tren no venía hace bastante rato, por lo que estaba lleno de gente. La frase "hasta las pelotas" podía aplicarse tanto al tren en virtud de su llenez, como a la gente en virtud de su cansancio y enojo. Ambas características iban en aumento.
Aparentemente en gran gusano andaba maltrecho, por lo que se entregó a un insólito juego: caminaba 200 metros, paraba 15 minutos, otros 200, otros 15.

Ya a las 19:45, el tipo se imaginaba gritar a la panceta un sonoro "liberen a willy que los chorizos me quieren empomar", cuando dos muchachos de una granja de burzaco decidieron trasladarse de la punta de un vagón y hacerse un lugarcito a la derecha del paseador de ingredientes; un lugarcito de aproximadamente 4 metros cuadrados, dado que las canastas con el pan y las galletitas que vendían requerían tal espacio.

La media hora siguiente transcurrió entre el análisis sintáctico y semántico de las frases dichas por los granjeros (particularmente difícil de analizar fue "Fijate, vó, cuanto hicistes, vó; ahhh, re piola la bety, l'otro día, eh, recatate, wé, hice 80 peso, alta bendición, hermano") y las oleadas cada vez más frecuentes y sonoras de vítores y loores a un señor héroe desconocido que desde la punta del vagón planteaba la destrucción de todo ícono material ferroviario y su purificación mediante el fuego, para permitir el renacimiento del tren argentino como un ente superior.

Luego de incontables mensajes de texto que inquirían al protochef sobre su paradero y la razón de su tardanza, mas o menos a 100 metros de llegar a los andenes de la estación de Temperley, las puertas se abrieron: era el gusano que nos solicitaba salir ordenadamente de sus entrañas porque había palmado.

Así, después de un salto que casi le rompe las zapatillas contra las piedras de entre los durmientes, el tipo se encamina hacia la estación, junto con los cientos de personas con los huevos terriblemente rotos que compartían procesión.



Trepa al andén, se abre paso entre la gente que en el andén era legión, y estaba igual de apretada que adentro del tren. Pensó aproximadamente media milésima de segundo antes de renunciar a su viaje ferroviario y optar por la alternativa automotor. Subió la escalera, salió de la estación Temperley y se subió al 165, colectivo verde y salvador, que lo llevaría finalmente a su destino.

Al sacar boleto, el colectivero le dijo "andan como el culo, no?", y el tipo respondió con una mirada.

Mientras el 165 arrancaba, llegaba a la estación una autobomba cuyo nombre era "por las dudas". Por un breve instante, al ver el camión bomberil, el protochef pensó que hubiera sido lindo quedarse un rato y, quizás, ver de cerca la antorcha. "Pero las lentejas tienen prioridad", pensó, y volvió su cabeza. Llegó a destino a las 21:30 hs.

Horas después, vuelto a su casa, se enteró de que no hubo fuego sino sólamente golpes, así que no se perdió de nada.

Se dice que en este país no hay respeto, pero la verdad es que al General Roca se le respeta tanto que le rinden honores siguiendo su legado: uno de los tipos mas hijos de puta de la historia hoy adorna con su nombre una línea ferroviaria también, muy hija de remil recontra putas y la puta madre que lo remil parió, forros de mierda. Seguro que con el bala no pasa, eh!

He dicho.