jueves, 15 de marzo de 2007

Conociendo al Gordo - parte... ehh... bueh, la que viene.

Hooooolap.

Releyéndome a mi mismo me encontré con viejos postes y una promesa de una nueva entrega de la saga "Conociendo al Gordo", tan pedida por las señoras fanáticas de Sandro de América Vespucio, donde cuento lo más destacable de mi entorno.

En esta ocasión, un personaje, dos anécdotas laborales y un descuido...

A) Personaje - "Antonito": Antonio es un tipo singular. Tiene 80 pirulos y está hecho un pibe. Vive de su jubilación (jugosa, por cierto), es radioaficionado y gusta de desarmar todo aparato electrónico que llega a sus manos. Piloto licenciado, trabaja esporádicamente en la construcción de su segundo avión, biplaza esta vez, lamentándose siempre de haber vendido el primero y de que el tipo que lo compró haya ganado nosequé premio en nosequé concurso, organizado por Fuerza Aérea hace seguramente milenios.

Pero esto no es lo más destacable de Antonio, sino que a su jovial edad se está matraqueando a una niña de 25 años. Peor todavía: la minarda está para partirla en veintitrés, de lejos y con envión.

Sale Tony por las mañanas en su Polo a rastrear con sus dispositivos caseros el lugar desde donde transmite el perejil que le interfiere la repetidora que montó para sus amiguillos radioaficionados, da unas vueltas, se va a Brandsen sólo para comprarse unos salamines, y ya volviendo saca su celular y arregla la cosa. Para 5 minutos en la puerta de la facultad, sube la señorita en cuestión, visitan el hotel de costumbre, el turro le hace pagar a ella (y hasta llenarle el tanque de gasoil), y luego ella vuelve a los brazos del novio (yo lo vi de lejos, es casi tan lindo como si anduviera en patineta), y tony vuelve a su casa donde su señora le preparó unas ricas pizzas. Salú, Antonito! Dios te conserve la salú y la matraca!

B) Anécdota laboral 1: Hace unos años trabajé dando clases (robando, bah) de informática en cierto instituto de Ezeiza. Ese trabajo me trajo grandes satisfacciones, puesto que allí conocí y eduqué a chancletazos al señor Eric Draven y señora en las sagradas artes de hacer doble click. Además, conocí muchos personajes bizarrísimos que me hicieron reir mucho, y a cierta señorita.

Cabe destacar que el aula principal estaba en realidad dividida en dos: aula de clase teórica (pupitres y pizarrita) y aula de clase práctica (computadoras, claro, o que imaginó, señora?), ambas separadas por una pequeña pared/mampara que hacía imposible todo contacto visual entre las aulas.
Cierto día, cuando me encontraba dando "clase teórica" a esa chica que mencioné más arriba (no, la señora de Draven no, la otra), un alumno que estaba dale que te dale a la computadora fué asaltado por una duda y no tuvo mejor idea que abrir la puerta del aula donde yo estaba, sin golpear, por supuesto. El muchacho miró la cara de sorpresa y espanto nuestra, y me dijo: "Ahhh bueeee.... No, dejá... le pregunto a otro. Vos seguí, dale.", y me guiñó el ojo.
Así no se puede ser objetivo al calificar al alumnado.

C) Descuido: Una noche, 1:30 a.m. aproximadamente, salgo de la casa de un amigo en lanús, luego de un opíparo asado bien regado, como Manolo manda. Tras mucho esperar transporte colectívico que me acercara a mi rancho montegrandino, me fui volviendo menos exquisito y más mareado, por lo que decidí que si no aparecía el colectivo que me dejeba a 6 cuadritas de mi casa me tomaba cualquiera. Vino el 51 (expreso cañuelas, era) y me subí. Cual morsa luego de la suculenta ingesta de dos o tres cormoranes, me dormí pesadamente. Al despertar sobresaltado y sin entender dónde joraca estaba, pregunté al bondiman cuánto faltaba para la plaza de monte grande. "Uhhhhhh (énfasis), ya la pasamo como hace una hora, la pasamo!"

Sin entender por qué, me bajé y empecé a caminar guiado sólo por el instinto de supervivencia y mi nivel de alcohol en sangre. En resumen, el pueblo de Máximo Paz (!!) es muy lindo, pero a las casi 4 de la mañana, en invierno y con cinco centavos en el bolsillo es como que no se aprecia bien.

Fué la primera y hasta ahora única vez que viajé en un carro de botellero que, solidarizado quizá por compartir la misma cantidad de alcohol en la sangre que yo, me tiró 3 o cuatro cuadras hasta la parada del colectivo que volvía a mis pagos (al otro día me di cuenta con mucha gracia de que me había subido de copiloto de un botella que circulaba a esas horas).
El mismo chofer que me había llevado en el hermoso tour me dijo :"pasá, pibe, pasá, pero no te duermas". Lamentable.

D) Anécdota laboral 2: En el instituto precitado, donde ahora laburan varios discípulos míos, tenían la costumbre de tomar trabajos de impresión, de esos trabajitos que se cobran dos pesos y que consisten en pasar en Word un currículum.
Una semana en que venía yo con los testículos inflamados, me fue encomendado pasar uno de estos trabajitos para una señora. A regañadientes, pensando en que había mil cosas más útiles para hacer que listar prolijamente los antecedentes de una sexagenaria señora, lo pasé.
Ya terminado, digo desde la silla de la oficinita en la que me encontraba: "Señora!".
Nadie respondió. Nuevamente, pero con más volumen: "Señora!". Nada.
Entonces agarré, levanté la voz de una manera poco habitual en mí y, convencido de la ausencia de la dama, me dirigí a mi jefe/compañero de laburo: "Che, Marcelo! La vieja esa de mierda que quería el currículum, se fué?"
Al término de la infame pregunta, veo salir desde detrás de una pared un brazo, y escucho una voz de vieja diciendo "Acá estoy. Soy yo. Cuánto es?". Pasó mucho tiempo hasta que me dejé de reir.

Y nada, eso. Ahora saben más, loco. Pucha, que soy un libro abierto.
Ahora me retiro porque me fuí al carajo, al Bucay que me afane este post seguro le dan el premio La Nación de novela.
Y después se lo sacan, claro.


Atte;
El Gordo.

10 comentarios:

Paula dijo...

a) Antonito es el Diablo. Ojo.
b) El alumno podría haber pedido coima, pero fue buena gente, no?
c) Ud. se sube a carros botelleros, yo me pongo a hablar con los travas de Godoy Cruz cuando salgo en falsa escuadra. Aguante la socialización empédocla!
d) La vieja era sorda. Ni te oyó, quedate tranquilo.

Caido el catre dijo...

Hi-Pol: Seguramente el Antonito no lee ésas revistas que dicen: "Culo perfecto en 10 dias con la dieta de Dr. Choto a base de Chorizo colorado y panceta".

Uno de los ocho dijo...

Mariposa de los ecuménicos bifocales:
Sabe que estaba pensando? No será que la chica de 25 es el diablo?///Todos mis alumnos son buena gente, compañera. O lo eran antes de tomar clases conmigo.///Los travas de Godoy Cruz son famosos por estar siempre dispuestos a ayudar empujando un auto, cambiando una rueda o simplemente completando el equipo cuando falta uno para el fulbo-5.///La vieja no era sorda, era inmune.
La abrazo con la escencia misma del peronismo de base, compañera.

Hijastro caído del colega transmisor de dengue: Antonito no lee esas publicaciones, compañero. Antonito las escribe.
Saludo con fuerza e ímpetu justicialista a usted, a su madre y a su colega descargón.

T O N T A M E N T E dijo...

Dios me proteja y me cuide la chota.
Amen.

Uno de los ocho dijo...

Deje que Dios cuide su propia chota, compa; usté consiga una dama que se la cuide.

Amperio dijo...

Ay, compañero... Las oportunidades que Ud. pierde. Esa sexagenaria podría haber sido el amor de su vida...
Se lo digo yo que soy feliz con la Olga de la cholga...

Uno de los ocho dijo...

Comandante Ampere: Me alegra sobremanera que haga pública su relación con la tía Olga. De esta declaración se deduce que le ha dado su apellido al niño maní. Esto es así?

Compañero, viaje contento y déle a la bomba en el fiat 147 del amor, pero guarda, no choque.

El Mostro dijo...

Un viaje fantástico: tomarse el 85 en el río de Quilmes y despertarse en Ciudadela Norte (también por culpa del alcohol).

Uno de los ocho dijo...

Mostruón: Estando tirado en pavón y mitre abrí de repente los ojos y allí, milagroso y salvador, estaba estacionado un 17 que me abrió la puerta y me llevó lejos lejos, incluso lejos de mi casa.

Pvncho dijo...

jaja muy buenas todas, pero la verdad que la de Antonito se lleva todos los honores; un capo.